sábado, 9 de julio de 2011

-30 días

Queda un mes justo para la partida. Un mes... cuatro semanas... agobiante. Tantas cosas que preparar, muchísimas otras que hacer...
Ya sé por fin que realmente me quiero ir porque hace unos días llegaron las pesadillas, y han llegado para quedarse. Pesadillas muy típicas en mí antes de un viaje, sobre todo antes de un viaje que me impacienta. Tratan, cómo no, sobre olvidarse cosas o quedarse en tierra. Aunque también se cuela alguna que no tiene nada que ver con el avión ni Nueva York, porque mi mayor preocupación desde semana santa es mi host family. Me siento como una niña caprichosa por decirlo, pero no son lo que esperaba y me hacen desconfiar... no de que sean mala gente, porque por eso claramente no los puedo juzgar, pero sí desconfío de que yo me pueda encontrar a gusto, si tenemos en cuenta lo protestona y exigente que soy. Aunque creo que mi gran decepción fue saber que no eran una familia americana, y que ni siquiera les interesaban los Estados Unidos... pero bien, no estoy aquí para quejarme, sino para impacientarme, porque faltan pocos días y, por lo menos, la ilusión de Nueva York y del nuevo instituto, A.C. Flora, no se me quita.

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