miércoles, 22 de junio de 2011

Larga espera

Los nervios me pueden. Los nervios me pueden y eso en mí es realmente malo.
Dentro de escaso mes y medio estaré en los Estados Unidos, y no sé exactamente qué sentir al respecto. Tengo bastante miedo, cosa que me cuesta admitir. Mucha gente puede pensar que es una locura, irse casi un año sola a la otra punta del mundo, a Carolina del Sur, con una familia anfitriona de la que no sé muy bien qué pensar. Pero ahí está María la "valiente", probando suerte.
No me doy realmente cuenta de que me voy a ir, de que voy a estar a miles de kilómetros de casa. Conoceré una realidad muy distinta a la que estoy acostumbrada, que probablemente criticaré como una loca, aunque las ganas de irme no me las pueden quitar.
No me hago a la idea, sigo sin darme cuenta, y creo que no asimilaré la idea de que me voy hasta que falte una semana para marcharme. Mañana mismo termino el colegio, termino en el colegio en el que llevo toda mi vida. No soy capaz de imaginar una clase mejor. Tal vez sea porque jamás he convivido con otra, pero sé que a esta la echaré mucho de menos. Se cierra una etapa, pero he de pensar que también empieza una nueva, que realmente merece la pena vivir.